Hace un tiempo me encontré preguntándome y casi suplicando “debe haber algo mas, que solo trabajar, que la rutina, que vivir cansados, no creo que hayamos sido creados para esto” pues de haber sido así habríamos nacido de un repollo para trabajar en una fábrica.
Nacimos con la ilusión de la familia, con la ilusión de viajar, de conocer, de vivir, para terminar agradeciendo a la vida porque “por lo menos hay trabajo”, nos olvidamos de vivir y nos olvidamos de nosotros mismos.
Nos volvimos maniquís de la moda, donde solo los delgados tiene acceso a la ropa, nos volvimos esclavos del trabajo, donde vivir en reuniones y estar ocupados demostraban los exitosos que somos, dejamos de lado la familia, y empezamos a decir frases como “no es la cantidad es la calidad”, yo quisiera que le dijeran eso a las abuelas que no solo dieron calidad sino cantidad.
Vivimos en una sociedad, donde las mamas tienen mamas sustitutas (niñeras para todo), donde cambiamos de pareja como cambiar de ropa, pero donde no dejamos aquello que nos intoxica y nos esclaviza.
Nos olvidamos de nosotros mismos, nos volvimos una sociedad de consumo, donde nada llena el vacío que deja la ausencia de un beso o de un abrazo. Hemos llegado a preferir trabajar a ser felices, bajo un falso sentido de seguridad y un falso sentido de cumplir a una sociedad.
Hace un tiempo, empecé a leer, a escuchar, a dejarme asesorar. Decidí cambiar los compañeros del trabajo por los amigos de verdad, cambie la falsa educación que da la televisión pero los consejos de quienes ya superan lo anterior y contra todo pronóstico viven felices con calidad de vida. De eso se trata vivir, de aprender a jugar en un parque de diversiones difícil, de crecer como persona, de ser mejor cada día.
Hoy te invito a preguntarte, ¿qué harías si tiempo y dinero no fueran una preocupación? ¿Qué harías por ti y por lo demás?.
Si aun no lo sabes, te invito a ver este maravilloso video, de una amiga y su esposo que cambiaron y tomaron UNA OPCIÓN DE VIDA.
Gracias Pao y Ed por compartirnos su historia y romper el molde.
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