RelajarseParece que hemos olvidado la importancia de relajarse. Nos hemos acostumbrado a caminar en el mundo pendiente de no caer, de no chocar, de defenderte y atacar, vivimos el afán diario, como si no hubiera más tiempo, debes saberlo y hacerlo todo, tenerlo todo, y como si esto fuera fácil se te pide además que debes estar dispuesto a cambiar, a aceptar, a transformarte, a renunciar y dedicarte a ser feliz. Pero no nos enseñaron la necesidad de relajarse.

No hablare de la importancia de relajarse, pues hoy vemos productos, avisos, y hasta canciones que nos recuerdan la importancia de salir del estrés, de compartir en familia, de soltar el celular. Pero no nos enseñaron que no solo es importante relajarse sino que es necesario y muy seguramente tú ya lo sabes. Es tan necesario que muchas veces las mejores ideas vienen empacadas en sueños, o como yo que nos inspiramos en la ducha, o simplemente mirando un bello atardecer.

Estamos pendientes de todo a nuestro alrededor menos de ti mismo, estamos así en un mundo realista, donde debes percibirlo todo, tus emociones, tus razones y hasta tus suposiciones. Te pasas el día cazando razones, justificaciones, mentiras, proyectos, tareas, metas y te olvidas de lo más importante, TU.

Y entonces te agotas y te opacas, las vacaciones se hacen lejanas y cortas, el sueño nunca volvió a ser reparador y para rematar el año avanza a pasos agigantados, solo porque te abandonaste y olvidaste que tú que todo lo puedes también necesita y puede relajarse.

Que cansancio.

Pero qué pasaría si pudieras escoger un día para ti, que tal que sea mañana, que no tengas que trabajar, o ser padre o ser esposo, o hacer mercado o pagar cuentas, suponte que tienes asegurado el dinero de mañana y de tus gastos, y la única tarea sea estar para ti mismo.

¿Qué harías? ¿Lo sabes o no te lo habías planteado? ¿Qué te gustaría hacer si no estuvieras cansado como para que tu respuesta no sea … dormir? ¿Qué harías? ¿Qué leerías? ¿A quién llamarías? ¿Que NO harías? ¿Cómo te consentirías?

Esa persona que ves libre, aunque no lo creas vive en ti, así como todas las ideas locas que has tenido, y que por alguna razón olvidaste, engavetaste o aplazaste. Hoy te propongo conectarte contigo mismo, darte una oportunidad, escoger uno de tus deseos y hacerlos realidad. Solo uno (por ahora). Regálate, ese momento para ti, para tu mente, para tu cuerpo, y tú mismo te lo agradecerás.