Desde que adelgacé, parece que el esfuerzo, la dedicación, el amor propio y el autocuidado se hubieran reducido a una simple cifra: «¿Cuánto pesabas? ¿Cuántos kilos adelgazaste?» Mi respuesta siempre fue: «Ese es un número que me guardo para mí». Siempre he sentido que soy más que un simple número; soy una mujer libre que se despojó voluntariamente de kilos de miedo que la envolvían y la protegían de temores que a veces ni siquiera existían.

Hoy, con orgullo, puedo decir que adelgacé más de 43 kilos. Pero lo verdaderamente importante no es la cifra, ni el cómo, sino lo que hice en mí para dejarlos atrás. Me cansé del peso, de la dificultad para encontrar ropa, de consumir alimentos poco saludables, de no sentirme bonita, del juicio ajeno, de la adicción al azúcar en todas sus formas, olores y colores. Un día decidí cerrar ese capítulo en mi vida.

Pero ya lo he dicho, soy más que un número. Soy un ser humano que camina cada día tratando de encontrar aquello que busca, muchas veces sin saber exactamente qué es. Hoy, inspirada en un programa virtual, decidí más que contar mi vida, darle importancia al cierre de ciclos. A menudo, le tenemos tanto miedo a los cierres que terminamos quedándonos con lo que nos molesta.

Es así como hoy, al mirar el calendario y reflexionar sobre los últimos 5 años, encuentro que la vida cambia, sin nada que reprochar y todo por lo cual estar agradecida. Sobre todo, agradezco a mí misma porque más allá del dolor, la angustia y, sobre todo, el miedo, dudando en cada instante, me levanté y seguí adelante. Un divorcio, un cambio de ciudad, tres mudanzas, un nuevo apartamento, un carro, varios sellos en el pasaporte, 43 kilos menos sin rebote, dos libros, numerosos talleres, una maestría internacional con reconocimiento sobresaliente, un pregrado becado por excelencia académica, muchos cafés, aún más vinos, nuevos amigos (algunos efímeros, otros para toda la vida), un trabajo jurídico que me llena de orgullo.

Hoy celebro no solo el cierre de un capítulo, sino la apertura a lo nuevo, incluso cuando no sé qué depara el futuro. Todos los cambios, las experiencias y las bendiciones que llegaron a mi vida en estos 5 años son prueba de que cerrar capítulos es esencial para abrirnos a las bendiciones del cielo. Al soltar el pasado, hacemos espacio para las sorpresas que la vida tiene reservadas. Así que, sin miedo y con gratitud, abro mi corazón a lo desconocido, confiando en que cada nuevo capítulo será una bendición que el universo tiene preparada para mí.

¡Que comience la siguiente etapa llena de logros y sorpresas divinas!