Pensé mucho en estas palabras, en cómo se sentiría redactarlas y si valdría la pena leerlas o dejarlas solo para mi.

Hoy mi papa regresó al hogar, si al hogar, a ese lugar maravilloso, donde el amor se siente, el tiempo es infinito y todo se logra. Ese lugar donde no hay miedos, ni culpas y mucho menos rencores.

Si, hoy mi papa regresó al hogar cargado de flores, de luz y de amor. No la llamo muerte, porque es solo un paso entre el hoy y la tierra fertil prometida.

Gracias Pa, por haber sido mi Papa, gracias por aceptar con esmero y dedicación hacer parte de mi vida, de la de mis hermanos y obviamente de la de mi mama. Te vamos a extrañar, con la seguridad de que estas en el lugar correcto y que hoy todo esta en orden.

No alcanzan las palabras para agradecerte por enseñarnos tanto: nos enseñaste amor puro e incondicional, el valor de cuidar y cultivar amistades, nos enseñaste que la familia es lo mas importantes y que el dinero no es necesario si hay amor, unión y comprensión.

Nos enseñaste a vivir en el hoy y aprovechar cada momento de la vida, cuando era a trabajar te dedicabas a tus proyectos, cuando era a ser papa eras el mas consentidor y alcahueta, cuando fuiste miembro de familia fuiste apoyo, confidente y amigo, cuando fuiste amigo eras el mas espacial y también el mas loco y divertido, cuando fuiste «Cubilete» fuiste solo amor y miradas profundas a mi mama.

Buen regreso a casa Pa, seguro se me quedaron muchas cosas por decir, pero ninguna por sentir.

Bendita tu luz y gracias por existir.

Namaste