El año pasado sobre esta misma época, publique el blog “Llego el fin de año (con tantas promesas que cumplir)” como una reflexión a lo que a todos nos pasa, que prometemos y no cumplimos, y si esto te sucede te invito a que sigas el link que acá te dejo para dicho blog.

Sin embargo desde hace varios días muchas de las personas que asisten a mi consulta me han preguntado sobre los rituales especiales para cerrar el año 2017 y dar la bienvenida a un próspero año 2018, y debo manifestar con toda sinceridad que para mí no hay un único ritual o un ritual único, pues la fórmula mágica para cambiar la propia realidad no está afuera sino dentro de cada uno de nosotros.

Cada año, específicamente cada fin de año, nos reunimos en familia o tomamos las vacaciones soñadas, buscando reencontrarnos con nosotros mismos, hacemos listas de promesas que esperamos cumplir en el nuevo periodo, y que muchas veces 2 días después ya hemos olvidado. En muchos casos, terminamos prometiendo, al compás de un brindis, lo que otros esperan de nosotros y que desde ese momento marca el destino triste de otros sueños olvidados.

No voy a negar que tengo varios “agüeros” que podrían considerarse como rituales, le doy la vuelta a la manzana con la maleta desocupada para volver llena de recuerdos maravillosos y siempre con la billetera llena, a las 12 levanto los pies del suelo para que todo el año sueñe y viaje, y también a las 12 me tomo la única copa de espumoso que me tomo en todo el año, con una joya de oro adentro y dejando las últimas gotas para rociarlas en mi cabeza a título de lluvia de oro. Sí, son agüeros pero para mí son un momento divertido, de risas, de juegos y de estar en familia.

Pero también debo aclarar que si no hubiera maleta u oro, hacer o no los rituales no define mi próxima etapa del camino, pues la próxima etapa la defino yo, con mi propia intensión, con mis propios sueños, con mis propias decisiones. Es por ello, que cada año mi verdadero ritual, que creé para mí y del que hoy escribo, es tomarme un momento para conectarme conmigo misma, con ese ser que a pesar de los miedos, de las inseguridades, de los obstáculos, siguió caminando, con ese ser que tuvo momentos de júbilo y otros de dolor, y que en todo momento buscó aprovechar cada paso de la vida.

Para mí, mi mayor ritual es el agradecimiento

Para mí, mi mayor ritual es el agradecimiento, agradecimiento por permitirme vivir mi vida, y aprender en cada etapa; agradecimiento a quienes me acompañaron con su apoyo, consejo y sonrisa; agradecimiento a quienes fueron mis maestros confrontándome con mis miedos; agradecimiento a mi cuerpo por permitirme usarlo para transitar este plano; agradecimiento al mundo por dejarme tener un espacio y habitarlo; agradecimiento con todo aquel que se cruzó en mi camino ya que de alguna manera influenció en mi vivir; agradecimiento al dolor porque me enseña que tengo sentimientos; agradecimiento al sufrimiento porque me muestra mis apegos tan innecesarios.

La gratitud es un regalo maravilloso, le da un para qué a la vida, te libera de cargas, y te permite abrir el corazón, la mente y el alma dejando espacio para recibir las bendiciones que el Cielo y el Universo tienen para ti.

Este 31 de diciembre – o el día que celebres el fin de año- haz el ritual que quieras, quema el año viejo, escríbete una carta, llena bolsas con lentejas, prende velas, cómete las 12 uvas, usa calzones amarillos, medita, date un baño de hierbas, pero al final, ten en cuenta que el poder de hacer de tu próximo año el mejor de tu vida, depende de ti, de tu intensión, de tu liberación y no del ritual, ni de la vela que apagó el viento ni de la maleta que no salió porque estaba lloviendo.

El poder reside en ti, el poder de cambiar tu destino, está en ti, y esa es mi invitación para este año 2018.

Cree en ti, pues tú eres tu propio destino soñado.

No olvides visitarnos para ver nuestros eventos, terapias, Momentos y demás, en angelicalmente.com

Namaste,

July Garcia,
Ser feliz esta en ti, descúbrete!
Tel/W.app: (57) 318 737 0917